miércoles, 17 de abril de 2019

Ritual Spa en Laysa

Qué bien sienta tener unos ratitos para cuidarse. Estos días que estoy de vacaciones "semi-forzadas" quería aprovechar a hacerme algo. Necesito desconectar, relajarme. Y es que ha sido un invierno muy duro, con muchos nervios y preocupaciones y ante el próximo cambio de trabajo y cambio personal, necesito renovarme y tomar impulso.

Así que pensé en hacerme algún tratamiento en Laysa. Estuve en el centro de la Calle Teruel en septiembre haciéndome una higiene facial y me gustó mucho tanto el tratamiento con el centro. Todo muy agradable y mejor que otros sitios que había probado. En esta ocasión, vi en la web que tenían Rituales Spa. Y como quería uno que se pudiera hacer en cuerpo entero y cara, me recomendaron el de chocolate blanco y rosa de bulgaria, que en la web se llama "El despertar de los sentidos".
Imágenes de la web de Laysa https://esteticalaysa.com/
Han sido 60 minutos completamente placenteros. Y eso que la cabeza continuamente tenía que estar dirigiéndola a las sensaciones del momento para disfrutar al máximo, porque es que se me iban los pensamientos ¡cada vez me es más difícil desconectar y dejar la mente en blanco! Los pensamientos van a 1000 por hora y se suceden sin parar.
Imágenes de la web de Laysa https://esteticalaysa.com/


Me ha tratado la misma chica que la otra vez, Lizara y tiene muy buenas manos. Para comenzar, el ambiente relajado con poca luz y música ambiental y la camilla con manta calefactada. Te tumbas boca abajo y mientras, a lo largo de la columna te ponen unas piedras calientes. Al principio parece que te vaya a quemar pero cuando las llevas puestas, no notas calor. Se comienza en masaje con el producto que parece un aceite exfoliante porque es granulado por los pies, sube por los gemelos y los muslos. Primero uno y luego otro, tapando la parte que no se trabaja con una manta muy suavecita para no coger frío. Es un masaje muscular muy agradable, deja las piernas muy descansadas. Una vez acabada la parte de abajo, comienza de la cintura para arriba. Después te tumbas boca arriba, y mientras te ponen piedras calientes desde el bajo vientre hasta el esternón (que también dan una sensación de calma y tranquilidad) te hacen un masaje profundo en la parte delantera de las piernas. Desde abajo hacia arriba. Seguido, toca la parte de arriba, el vientre, el escote, los hombros, los brazos y las cervicales. Para acabar el masaje con el producto por la cara, también increiblemente agradable. Luego te dejan unos minutos tapada, escuchando la música y dejando trabajar el producto.


Para acabar, te limpian el producto de la cara y cuello y te aplican una crema hidratante. Y luego tienes una ducha en la propia sala para quitarte el aceite del cuerpo. La verdad que es bastante difícil de quitar, al fin y al cabo es chocolate.

He salido como nueva. Le tengo que regalar también alguna experiencia de estas a maridín porque le vendrá fenomenal. ¡Qué importante es el autocuidado!

¿Qué os parecen estas experiencias?

lunes, 1 de abril de 2019

Masa de pizza integral

En los comienzos del blog ya os mostraba mis pinitos con la pizza casera. Sin embargo, ahora que estoy un poco más concienciada con la alimentación, en varias ocasiones la estoy haciendo con harina integral. Los cereales integrales tienen más fibra y contienen proteína vegetal más completa porque mantienen el salvado del trigo (en este caso). Siempre que podáis sustituir los cereales "blancos" por su versión integral, ¡eso si! Mirad etiqueta y que sea 100% porque en muchos casos ponen integral pero solo es el mínimo el contenido. ¡Hay que tener mucho cuidado!

En este caso, usé Harina integral de trigo de Mercadona, pero ahora se puede encontrar en muchos supermercados.

Para 500 g de harina, se usa una porción de levadura de panadero (levadura fresca), se añade una cucharada de sal y al menos 300 ml de agua templada con un chorro de aceite de oliva (¡grasas buenas!). 

La diferencia que yo encuentro con la harina blanca, es que esta necesita más agua y que suele quedar menos esponjosa. Es cuestión de ver si necesita más agua e ir echando poco a poco conforme se amasa. Después de amasar, envolver en un paño limpio humedecido y dejarla levar en un lugar templado de 1 a 2 horas. ¡A juzgar vosotros mismos el aspecto de la masa después del levado! 


Por último la estiras y le pones los ingredientes que más te gusten. La de la foto tiene tomate natural, queso, orégano, champiñones, espinacas y jamón serrano. ¡DELICIOSO!