Ramón J Sender |
El pasado viernes tuvimos nuestra reunión mensual del club de lectura Sender y como en esta ocasión coincidía con el X Aniversario de la Biblioteca (ver post anterior) fue especial. Este mes leíamos "La Tesis de Nancy" del autor que da nombre a la biblioteca, Ramón J. Sender y quién mejor para hablarnos de este autor, que José Domingo Dueñas. En la actualidad es vicerrector en la universidad de Huesca y vicedirector del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), donde es responsable del Centro de Estudios Senderianos.
José Domingo Dueñas (Foto del Diario del Altoaragón) |
Este centro, que está abierto al público, y al que acude gente de diferentes lugares del mundo porque tiene gran recopilación de documentos, fotografías, manuscritos y hasta objetos personales del autor (¡conservan el reloj que el escritor utilizó toda su vida! debía ser de una calidad excepcional!).
Dueñas ha dedicado gran parte de su vida académica al estudio de la figura y la obra de Sender y, además, se nota que siente una gran admiración hacia él. Ofreció una charla completísima, con muchos datos, y anécdotas y realizó un recorrido por la vida de Sender, nos contó las dificultades que pasó. Me encantó oirlo hablar y me contagió totalmente de su entusiasmo. Pocas veces me quedo con tantos detalles de una conferencia y en esta caso, os puedo contar muchas cosas: que la madre de Sender, dio a luz a 19 bebés, sobreviviéndole 10; que Sender, con 15 años y pantalón corto, ya publicaba artículos en un periódico en Zaragoza (no sé si fue el Heraldo o en Andalán, porque hablamos); que vivió en Madrid, y para pagarse la universidad, trabajaba en una botica, y que acabó durmiendo en el Retiro y pasando los días en el Ateneo. También nos habló de la etapa comunista y anarquista de Sender, de cuando fue redactor en Tierra, un periódico del sector agrario oscense, de su amor, no correspondido con Carmen Laforet.... Muchas cosas, que espero seguir recordando. Y que espero seguir enriqueciendo.
Y algo que me encantó de lo que nos contó fue que el propio Sender explicaba que escribía porque para él era una necesidad biológica. Por eso, escribió tanto y durante toda su vida. Y una frase que me encantó:
"Para Sender, la realidad tenía un exceso de significado"
En el siguiente post "La tesis de Nancy"
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