Ayer estuve viendo el Descenso de las Nabatas por el Río Gallego. La salida, desde Murillo, no llegué a tiempo de verla, pero sí vi la llegada a la altura del puente de hierro en la carretera que va hacia Santolaria (o Santa Eulalia de Gállego). La pena es que tuvimos que esperar más de media hora con paraguas bajo la lluvia a que pasaran. En teoría el trayecto dura menos, pero los nabateros paran a mitad a almorzar... a hacer tiempo.
Este evento trata de rememorar y de conservar cómo se transportaba en la antigüedad la madera desde la montaña, hasta Zaragoza. ¡Qué tiempos más duros! Pero se aprovechaban los recursos naturales, como era la fuerza del río, para hacer el transporte. ¡No necesitaban gasolina, ni camiones ni carreteras!
La verdad es que fue muy curioso. Bajaron dos nabatas, con sus conductores perfectamente ataviados. Me imagino que con esas abarcas que llevaban acabarían "fartos" de agua. Tanto como nosotros. ¡Cuando consiga descargar y editar los vídeos que grabé os los enseño!
Os recomiendo la experiencia. Muacks.
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